11- El Maestro Espiritual de la era de hierro: El Televisor

La cultura de la India enseña que el discípulo debe sentarse diariamente a los pies de su maestro espiritual para escuchar de él acerca del propósito de la vida y de las escrituras reveladas. En las mañanas el maestro espiritual habla sobre el Srimad Bhagavatam, y en la noche sobre el Bhagavad-gita. El discípulo puede hacer preguntas y llenarse de conocimiento y felicidad, ya que la información impartida por el maestro espiritual es llena de néctar e inspiración.

En la era actual, esta función es sustituida por el invento más degradante: el televisor. Triste es ver cómo la familia entera es víctima de la nociva influencia del televisor. Ya no se habla y ya no se lee ningún libro bueno. Todos están sentados sin argumentos frente al televisor; idiotizándose.
Todos dicen que no tienen tiempo para buscar a Dios, pero adoran a Rambo, Pelé, el pato Donald y la pornografía. Las novelas inspiran al adulterio; abiertamente se promociona el homosexualismo en la televisión. Las películas donde se trata de mostrar a un "hombre invencible" inspiran a volverse agresivo y criminal. La publicidad es la interesada número uno en la televisión, pues tiene millones de personas a su disposición para venderles cualquier mentira y hacerlos consumidores de sus basuras. Se incentiva el consumo y se causa gran frustración en la población pobre que no tiene cómo comprar, llevándolos a la criminalidad, a la envidia y a la intoxicación como medio de escape. Es más, todas las películas muestran "héroes" fumando, tomando o consumiendo carne. Claro, la gente busca héroes puros y buenos y así tampoco existen televidentes puros y buenos. Dime con quien andas y te diré quien eres.

Y lo peor es el sistemático incentivo a la lujuria. Hasta los niños ven erotismo continuamente. La gente es llena de ansiedad; sin plata y no muy hermosa, llena de complejos y ven cómo en la televisión el sexo es glorificado como lo máximo. Las chicas en tanga chupando botellas de cerveza, una escena de cama detrás de la otra y hombres y mujeres obscenamente expuestos. El pobre televidente no sabe para donde ir con la lujuria que se prende mirando todo esto y busca víctimas para abusar. Es muy común hoy en día que los padres violen a sus hijas, y los hermanos a sus hermanas. El hombre se degrada completamente. La gente que mira televisión pierde su lenguaje. La onda del cerebro de la persona que mira televisión está en el mismo estado del de una persona inconciente, sin capacidad crítica, sólo absorbiendo basura; hasta formar un basurero en su cabeza; es lamentable.

La televisión es la versión moderna del coliseum de los Romanos. Cesar dijo: "Al pueblo hay que darle pan y circo". El circo o diversión eran las carnicerías de esclavos tirados a los leones, además de otras cosas. Los gobiernos de la actualidad usan la plaza de toros y la televisión. Los americanos gastan un promedio de cuatro horas diarias en frente de esta caja de ilusiones, televisión en cada cuarto, en el carro y el "watchman". Esta controla la gente todo el día; ochenta canales con TV cable, pornografía y violencia, todo patrocinado por el gobierno. Los protectores dañan a sus ciudadanos y la protesta de la inteligencia y de la religión no tiene efecto. El negocio del pecado es demasiado lucrativo. CUIDE A SUS HIJOS, CUIDESE USTED MISMO, SALVE A SU FAMILIA, boicotee la televisión. No tenga la caja del infierno en su casa para que esta no se vuelva un infierno también. A pesar de que la programación se disfrace con programitas educacionales y culturales es sin duda un lobo con piel de oveja.

Necesitamos un maestro espiritual genuino. Solo él puede darnos un gusto superior, un gusto transcendental. Así salimos de la esclavitud de la imagen del terror, del sexo y de la codicia. La televisión puede capturarnos porque estamos contaminados por muchos deseos bajos, pero el maestro espiritual despertará nuestro yo superior y nos salvará de la degradación.

La televisión es tan peligrosa que hasta practicantes avanzados de yoga han caído por mirar su sensualismo en forma continua. Así, no existe ninguna disculpa, ¡fuera la televisión! En salones públicos se puede ver de vez en cuando las pocas buenas películas espirituales que existen.